Ahora, párate a pensar, que en esa maleta no hubiera ropa, sino recuerdos, sensaciones, cosas que aprendes durante tu vida y que poco a poco, un día una, al siguiente otra... se vayan escapando de la mente y no vuelvas a verlas.
Llegas al punto en el que sientes miedo, miedo a lo desconocido, miedo a que las cosas no salgan bien porque no sabes cómo han sido las anteriores. Olvidas hasta cómo se dice la más sencilla palabra, hasta cómo se llaman tus hijos, tus amigos, tus nietos... hasta las caras de personas que has visto toda tu vida, o parte de ella y que te han ofrecido lo mejor para ti se quedan a la interperie de esa maleta que es la mente y de esa ropa que poco a poco, y sin darte cuenta, se queda en el olvido.
Dedicado a todas las personas que padecen Alzheimer y a sus familiares y amigos que también, aunque de forma indirecta, sufren esta terrible enfermedad.
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