viernes, 18 de febrero de 2011

Querido diario... ( Segunda parte )

Querido diario, como todos los días, escribo lo que me pasa aquí en este libro de papel que espero que nunca se extravíe.

Hoy, ha sido el cumpleaños de mi hija Sara y le he regalado un diario para que comience a escribir cómo lo hice yo a su edad, para que los recuerdos de su primer amor, sus primeras impresiones, sus primeros años de juventud, no se dejen en el olvido.

La verdad que hoy no me siento muy bien, tengo miedo de todo lo que le pueda pasar a mi madre, ayer fue su cumpleaños y fuimos a su casa. Al principio, nos agradeció que fuéramos a verla, pero mientras el tiempo pasaba yo me daba cuenta de que empezaba a no reconocer a sus nietos, los miraba como si de un policía se tratara... ¿Cómo puede una persona no recordar a gente que ha vivido tanto con ella? Parece increíble, pero si que existe y no hay nada para remediarlo, sólo tener paciencia y tratarla lo mejor posible, hacerle recordar aquellos momentos en los que mi padre y ella me llevaban al colegio en burro, cuándo mi hermana Lucía tuvo su primer hijo en nuestra casa de la montaña y el médico se perdió por aquellos parajes, cuándo pasábamos los veranos en el pueblo en casa de mi abuela, cuándo su primer nieto dijo su primera palabra, que parecerá increíble pero fue "yaya"...

Recuerdos de su niñez, de su juventud, de su época más reciente, de sus hijos, sus nietos y todas las personas que han pasado por su vida y de las que estoy segura, que muy en el fondo, nunca olvidará.

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